Feliz año lleno de posibilidades y proyectos:
 
¿Qué tal has comenzado? Espero que fenomenal. Leo por la web el tema actual: los buenos propósitos al comenzar el año. Todo el mundo con muy buenas intenciones y deseando llevarlos a cabo, por supuesto. ¿Tú tienes ya tu lista?  
 

Vamos a dar un pequeño repaso sobre algunas trabas mentales que nos podemos ponernos nosotras mismas para  que se quede en papel mojado… Y cómo motivarnos para lograr nuestros objetivos

 
He hecho una ilustración para esta entrada, que nos sirve de doble manera: como imagen en sí, y para valorar que:
 

 1. Lo importante es empezar las cosas, aunque no resulten perfectas. De hecho, las primeras veces no lo serán.

Si comparas este dibujo con otros del blog, puedes notar que los acabados son imperfectos, el rostro poco expresivo y los colores han perdido intensidad. Que quede constancia que lo he hecho con cariño y lo mejor que me he podido con mi estado de salud actual, mareada y con el cerebro a medio gas. Prefiero escribir el post con dibujo mediocre a incumplir mi compromiso, porque eso me haría perder fuerza.

 Por tanto, si la primera vez que vas al gimnasio no aguantas más de media hora y notas las agujetas antes de que acabe el día, no pasa nada: lo importante es haber acudido y continuar yendo. Tu cuerpo te avisa de que no está acostumbrado y de que se está movilizando y preparando para las siguientes ocasiones, nada más. 

2. Centrarte en las carencias, en lo que pierdes, en vez de en lo que ganas.

Cuando te planteas un propósito supone que has tomado la conciencia de que hay algo en tu vida que quieres cambiar, y eso nos adentra en la incertidumbre, en el umbral de lo desconocido. Abandonar nuestra zona de comodidad, avanzar por lo desconocido. Es normal que te acompañe el miedo o la desazón. Ahora, en un momento dado es necesario salir a la vida y adentrarnos en la niebla. 
 
¿Y si miras hacia atrás, hacia lo seguro y calentito de tu casa? La imagen de convertirse en estatua de sal me parece acertada. Si, en cambio, te concentras en lo bueno por venir, así como en la satisfacción de lo que estás consiguiendo, a cambio de un pequeño (o grande) sacrificio, es más probable que llegues a los 21 días necesarios para que una costumbre se aposente.
 

3. Disfrutar de tu esfuerzo, de tu renuncia al placer inmediato a cambio de uno a largo-medio plazo.

La satisfacción cuando has superado, por ejemplo, tu ansiedad a la hora de comer y eliges empezar un régimen y lo llevas a cabo, centrándote incluso en la sensación de hambre, te da poder. Cuantas más promesas a ti mism@ cumplas, más grande, más fácil será que se extiendan a todos los ámbitos de tu vida. 
 
Si trasciendes el dolor que supone empezar a hacer deporte, lograrás llegar a un momento el que tu cuerpo, ya entrenado y agradecido, te responda con una energía multiplicada que ni siquiera eras capaz de imaginar.
 
Si vences la pereza y vas a las clases de inglés (¡Me asombro de mi propia falta de originalidad en los ejemplos!), y disfrutas de cada nuevo término aprendido, de las personas que estudian contigo, te vas a sentir bien, fuerte, satisfech@. Con tus botas de siete leguas de la voluntad. 

4.  Fantasías futuras catastróficas

Los pensamientos negativos que adelantan acontecimientos, del tipo «voy a sufrir», «voy a pasarlo mal y no quiero», «no voy a ser capaz«, etc. constituyen pequeñas flechas que minan tu voluntad. Cambia tu discurso mental, lávate el cerebro a ti mism@ con frases positivas y con música si ves que los pensamientos se disparan. Funciona.

5. Fantasías pasadas catastróficas


«Nunca lo he conseguido hasta ahora», «estoy cansado de tirar el dinero para luego no ir a clases«. Vale, de acuerdo: hasta ahora. ¿Y a partir de ahora? Recuerda que has evolucionado como persona, has aprendido, puede que al revisar tus creencias hayas encontrado otras prioridades en tu vida, tu vocación… sucesos todos que esta vez pueden hacer, si quieres, que tomes otro camino. Que ahora seas capaz de superar trabas que antes te parecían abismos insalvables, que ahora quieres y te comprometes.

En próximas entradas, cómo convertir un buen propósito en una serie de acciones concretas, lo que nos ayudará a llevarlo a cabo, técnicas creativas y el miércoles, tal vez hable de buenos propósitos cumplidos, como cuando dejé de fumar (dos paquetes al día), empecé a correr… o mis problemas alimenticios superados. Bueno, no de todo en la misma entrada.

Ánimo con tus propósitos. Ánimo con superar la primera barrera.


Virginia Castanedo

Creatividad, Arteterapia y Educación emocional 
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