Buenos días y bienhallada, bienhallado:


Vuelvo por fin después de tantos días entre las últimas entradas, mis disculpas. Y siento que la calidad del dibujo de este post sea tan baja: he tenido que decidir cómo utilizar esta hora, y las alternativas eran: escribir la entrada con el material del que dispongo, o rehacer el esquema (y posponer la publicación más aún). 

Hablábamos en la ocasión anterior del equilibrio entre cuerpo, mente, alma y emociones, y quedaba pendiente detallar las actividades con las que podemos hacerlo.

Para el desarrollo personal y de nuestra creatividad (ambas cosas están conectadas), necesitamos una estructura permanente y nutrición creativa regular.

Como estructura entendemos en este caso lo que nos sostiene: nuestros valores y principios, aquello que es fundamental para nosotras, y el equilibrio entre las diferentes partes citadas: cuerpo, mente, alma y emociones.

Si alguna de ellas está desequilibrada, toda nuestra unidad se ve afectada. Y viceversa: aumentar nuestra conciencia sobre lo que nos falta y lo que nos sobra y actuar en consecuencia nos trae beneficios que se extienden por todo nuestro ser. 

¿Qué área consideras que atiendes más, y cuál está más coja? ¿Tienes alguna abandonada?

Los seres humanos tardamos unas tres semanas en adquirir una nueva costumbre: es probable que al principio te cueste, incluso si es una actividad gratificante; ahora bien, si perseveras, pasará a formar parte de tu rutina, con lo que tu vida se enriquecerá. 

A la hora de decidirte por una u otra actividad, puedes plantearte: ¿Cómo cambiará mi vida si  practico esta tarea durante un año? Si percibes una sensación positiva y sabes que va a repercutir para el aumento de tu calidad de vida, adelante.

 Pondremos ejemplos concretos de actividades posibles en unos párrafos más.

Tenemos que tener en cuenta también la inercia, es decir: lo que hacemos sin plantearnos, de manera automática, y relacionado con el autoboicot: todas las cosas con las que perdemos el tiempo, y a veces parte del alma, de las emociones y de la capacidad de pensar: ver telebasura, pasarnos el día en internet, adicciones varias, etc. 


¿Puedes identificar la tuya? ¿Quieres llegar al compromiso contigo misma de elegir, la próxima vez que tengas libre, una actividad más positiva? Y, antes de entrar en el automatismo, decidir si queremos hacer eso u otra cosa. 


Ejemplos de diferentes áreas que pueden servirte de inspiración para encontrar las actividades que más te gusten y que más se adapten  a tu objetivo vital. Como siempre, cuanto más concretas mejor: se realizan más fácilmente… y podemos comprobar de igual modo si las hemos cumplido o no.


 Si necesitas prestar más atención a la mente: empezar a estudiar algo (un idioma, un cursos, una carrera, matemáticas…), hacer sudokus, ir a la próxima conferencia de cualquier tema que te interese, ir al cine, leer a las sabias, escribir tus objetivos vitales
Si necesitas prestar más atención al cuerpo
Alimentación: quitar algún alimento perjudicial (embutidos, dulces), añadir un alimento sano (por ejemplo, una fruta a media mañana), comer algo que nos guste mucho, preparar nuevas recetas…
Ejercicio: comenzar a practicar un deporte, subir las escaleras andando…
Cuidado: hacernos una revisión médica, descansar si estamos cansad@s, seguir el tratamiento…

– Si necesitas prestar más atención al alma:
Ir a una exposición, a un concierto, dibujar una hora de manera libre, escribir una poesía, asistir al teatro, actuar, estar en silencio, contemplar la naturaleza, empezar a ayudar a alguien, hacer yoga, contemplar las nubes…

– Si necesitas prestar más atención a las emociones: contactar con un amigo o amiga al que hace tiempo que no ves, invitar a alguien, canalizar artísticamente las emociones (baila, dibuja, escribe, empezar terapia, pedir perdón a alguien, perdonarte, premiarte con alguna cosa, etc.


¡Recuerda mantenerte tres semanas y luego va todo rodado!

  Cambio de tema y os enseño de mi bonsai, libre de la tierra, en nuestro común primer trasplante. Cruzo los dedos para que lo haya hecho bien, sobreviva y reverdezca. lo examino a menudo con detenimiento, y veo los brotes diminutos que asoman (ya veis la escasa cantidad de hojas que tiene), sin atreverse a salir. He realizado el cambio de tierra con reverencia y respeto: sentía la vida al tocar sus raíces, la fragilidad de los seres vivos. Suceda lo que suceda, daré cuenta aquí. Un abrazo. 

Virginia Castanedo

Creatividad, Arteterapia y Educación emocional 
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