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Buenos días:


¿Qué tal? Espero que fenomenal. Comienzo a escribir con Mozart de fondo, con su ópera La flauta mágica.


Ayer recibí una noticia fabulosa: han concedido a la Asociación Sendarte, a la que pertenezco de manera activa (aunque el blog esté desactualizadísimo, lo siento), una subvención para poder poner en marcha un proyecto que llevamos años gestando: un Centro de Día Artístico para personas en riesgo de exclusión social. 

Recuerdo cuando nos atrevimos a soñar con esta posibilidad y la verbalizamos tímidamente: ahí empezó todo, 


cuando dos mujeres apasionadas por nuestro oficio (Ainhoa y yo) vimos que creíamos la una en la otra, y que además teníamos la energía y el arrojo para materializarla. Soltamos la idea (y no recuerdo de quién partió) con delicadeza: los sueños recién nacidos son frágiles, y no sabes cómo serán acogidos.




Comprobamos que a ninguna nos dolían las negativas más de un tiempo y que siempre volvíamos a  intentarlo, buscando nuevas maneras, reforzando lo que sí que había funcionado y pasando página de lo que no.  Aprendiendo. (Hemos dado varias vueltas completas al Mapa base del emprendizaje.)

Nos presentamos en decenas de sitios, fuimos trabajando y dándonos a conocer (ambas teníamos un trabajo estable además, y decidimos no quedarnos en la comodidad y luchar por nuestros sueños en nuestro tiempo libre). Conseguimos que algunas personas vieran el potencial, el destello que brilla cuando crees de verdad en algo y que captan quienes también tienen abierto su cofre del tesoro. 

También nos dieron la espalda, nos rechazaron  e ignoraron en multitud de ocasiones: de todas ellas hemos aprendido mucho, sobre todo humildad y a levantarnos de nuevo. Algunos rechazos fueron más dolorosos. Seguimos adelante una vez lamidas las heridas. Primer paso: creer en ti.

Lo siguiente ha sido conseguir financiación precisamente en esta época, tarea que ha equivalido a mucho tiempo atrapadas en el laberinto, sintiendo en muchas ocasiones que estábamos a punto para después retirarse la marea y volver a la tabla de náufraga y al océano, con la costa delante de nuestras narices. Cuidado en este momento: llegarán las dudas, el «déjalo», sobre todo cuando la situación de túnel se prolonga. Mantén la fe.

Se abre ahora un proceso de vértigo, de materialización de la idea. Si te parece, iré añadiendo una entrada( ¿semanal, mensual?) en el blog sobre lo que vaya aprendiendo en este nueva aventura, y que espero que te sirva para animarte a hacer realidad tus sueños.


¡Y lo mejor es que todo empieza ahora! (Reconozco que siento vértigo).


Otras entradas relacionadas:


Kaizen, la mejora continua; 


Para terminar, una irónica visión del periodista y escritor Jaime Rubio sobre el  emprender. Lluvia de ideas loca y divertida para montar una empresa.

Mucha suerte,  energía y paciencia.

Virginia Castanedo

Creatividad, Arteterapia y Educación emocional 
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