Buenos días:
El mes de mayo me arrastra, todos los años. Lo visualizo como un bloque gigante imposible de rodear y que también cuesta escalar. Me da la impresión de que tiene una semana más que los demás, de que se acumulan las cuestiones y piden ser resueltas de manera inminente. Con estos antecedentes, pensé en descargarme de tareas según se aproximaba, y renuncié a varias cosas. Es inútil: aquí esta, rotundo, pletórico. Necesito vivirlo para atravesarlo, me pertrecho de bastón de caminante, alimentos y una mochila. Vamos allá.
Esta semana no iba a publicar, porque no tenía nada preparado, cuando me acordé de que estaba pendiente esta entrada, sobre el tiempo necesario para adquirir una costumbre.
Hemos visto todos los pasos en el blog para vivir desde mi experiencia personal (es decir, sumar práctica a la teoría) la incorporación de algo que me conviene y que detestaba, en este caso los ejercicios hipopresivos.
Si quieres repasarla o descubrirla, facilito a continuación las fases de la historia completa:
Teoría: 7 pasos para adquirir una costumbre.
Primera semana: excusas.
Segunda semana: revisión y reajustes
Logros del día 21
El 30 de marzo llegué al día 66.
No fue un antes y un después, nada espectacular. Sí hubo un segundo cambio, después del giro del día 21. Ya no me ponía trabas mentales: sabía que tenía que hacer los ejercicios y los realizaba.
He ido a revisar que los estaba practicando bien en dos ocasiones donde un centro de fisioterapia que tengo al lado de casa.
Conclusiones:
1. Las trabas que me ponía eran mentales. Si logras concentrarte en lo que funciona, en lo que es mejor para ti, avanzas más.
Si quieres ser una de las personas que logran sus objetivos, motívate. Persevera, prueba, yerra, repite, disfruta del proceso.
2. Trata de amar aquello que ahora no te gusta.
3. Agradece todas y cada una de las cosas de tu vida, busca motivos para ello.
4. Revisa tus objetivos a corto, medio y largo plazo y ponte metas realistas.
Siendo sincera, ya estoy pensando en cuándo podré dejarlos para volver a correr, motivo por el que empecé a hacerlos, y me he dicho a mí misma que en verano, cuando mi hijo cumpla su primer año. De hecho, me gustaría reanudar mi vida deportiva en junio. Oh, maravilla: este mes se oculta detrás de mayo. Sólo tengo que caminar.
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Un abrazo:
Virginia Castanedo
Creatividad, Arteterapia y Educación emocional
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