Buenos días y bienhallada, bienhallado:
 
¿Qué tal estás, allá donde te encuentras? Te deseo felicidad creciente.
 
Hoy es miércoles, con lo que toca entrada personal. He estado varios días dando vueltas a cómo estoy llevando mi vida en los últimos tiempos. Y me he dado cuenta de que estoy en plena pérdida de energía (hablaremos en la siguiente entrada del blog de fuentes donde convertimos nuestra fuerza vital en charcos de barro), en una queja constante, y centrándome en la velocidad, en la actividad frenética, en la vorágine de trabajar-comer-dormir, en ser productiva.
 

¿Y dónde queda el tiempo para disfrutar lo conseguido?

Así que hice un esfuerzo consciente por despertar de esa existencia llena de obligaciones, pensamientos que sobrevuelan, deberías, debes, y he utilizado la mente para lo positivo:
 
Y he ido agradeciendo la suerte por las personas, las cosas y las circunstancias propicias, que no he valorado, oh ironía,  porque están tan cerca
 
Agradecimiento por tener un compañero de vida, por el niño o la niña que están en camino, por el trabajo tan hermoso que desempeño, por mi hermana Cristina, por las flores que ya han brotado, por…
 
 
Y me he forzado a ir más despacio, me he tomado un café precisamente hoy que tanta prisa llevaba, y el día ha ido mejorando, por ir a favor de la corriente vital.
 
Para terminar, unas fotos tomadas esta semana, espero que os gusten.
El arco iris en Zorrozaure (Bilbao):

Y justo en ese lugar, si doy la espalda al arco iris, la otra cara, sorprendentemente bella. Cuando se juntan lágrimas y sol hay una luz mágica, no sólo entre los siete colores en un arco perfecto.

¿Y tú, vives deprisa? ¿Tienes tiempo de pararte y pensar?
 

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Un abrazo:
Virginia Castanedo

Creatividad, Arteterapia y Educación emocional 
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