Buenos días: 


Por fin me encuentro frente al ordenador escribiendo esta entrada. Perdón por estos días sin publicar.

Hoy hablaremos de la Editorial Orsai, un ejemplo vivo y actual de artistas que viven de lo que aman, de desarrollar sus talentos, de la generosidad para con otros-as y, detrás de todo, de creer que era posible un cambio en el mundo editorial y de hacerlo realidad con creatividad y constancia.

El cambio de paradigma comenzó de la mano de  Hernán Casciari hace una década, cuando «abrí un blog porque me sentía fuera de juego y solo«, descubriendo las entrañas codiciosas de la industria editorial y dando el poder a la cultura como un referente maravilloso y esperanzador.

Hernán es un Narrador. Puedes escucharlo en el vídeo que acompaña este post, y merece la pena sumergirse en esa catarata de sueños que fructifican y  que me fue arrebatando y encendiendo el ánimo. 

Me llegó una primera referencia suya hace años de mano de un discípulo y también maestro, Pablo, y no hice caso, dejé pasar la voz que creía de sirena. Después, de nuevo, a través de mi hermana Cristina; también se pospuso por otras razones. Me suscribí como regalo de cumpleaños después de escucharle, y finalmente he recibido esta semana los primeros ejemplares de la revista, magníficos.

Como dice el propio Hernán Casciari: «Si no querés perder 18 minutos oyendo a un gordo que habla, Orsai no es para vos.»

Gestación y desarrollo del proyecto artístico 

Orsai comienza explicando que él escribía cuentitos, y que, al llegar nuevo a Barcelona, comenzó a compartirlos por internet y a comunicarse con las personas que los leían. Formaron una comunidad. 


Tras malas experiencias con las editoriales que le publicaron (el autor sólo recibe el 8% del importe de las ventas, y no tiene acceso al número real de las mismas), decidió darle la vuelta, plantarse y lanzar su propio proyecto: sin publicidad ni intermediarios, con tirada en papel y en PDF, y el coste de 15 periódicos de los sábados, que cubren la periodicidad trimestral de la revista, 50% de los beneficios para los-as artistas. 

Se produjo el milagro al conectar Hernán con los sueños de diez mil lectores y lectoras, quienes compraron el número 1 de la revista antes de que fuera publicada. 

Y hasta hoy, donde sigue ampliando el proyecto: los mismos lectores son los distribuidores solidarios para eliminar ese gasto, bar, universidad


La revista merece la pena en todos los sentidos: papel de alta calidad, colaboradores variados que atrapan, ilustraciones maravillosas. Incluso las páginas en las que escriben lectores, lectoras y distribuidoras está repleta de vivencias muchas veces a la altura de los profesionales. Desde que las he recibido he estado abducida y fascinada.


Yo misma me he hecho distribuidora, porque también quiero ser parte de este proyecto, y como signo de serendipia, la primera persona que me ha llamado para comprar en Orsai ha sido el humorista Asier. Sólo por esto merece la pena. De este encuentro hablaré en otra entrada, que esta se está alargando mucho y no sé si seguirás leyendo a estas alturas.

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Virginia Castanedo

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