Buenos días y bienhallada, bienhallado:
 
Esta que estáis leyendo en la entrada número 200 del blog: desde el 5 de marzo de 2009, en el que escribí la primera, hasta el día de hoy. Estamos de celebración doble: tercer cumpleaños, número redondo de entrada. 
Gracias a las personas que estáis al otro lado y que completáis la bitácora al leerla y al comentarla. 
Gracias a las visitantes asiduas y a las esporádicas, 
gracias a quienes nos conocemos en persona y a las que aún no. 
Estoy muy emocionada: he crecido escribiendo aquí y este blog forma parte intrínseca de mi desarrollo personal y profesional. Gracias.
 
Así que vamos a la tarea: es una entrada comprometida y con jugo. 
 
He estado repasando y me he dado cuenta de que el último mapa de valores personales es del 2009, y he decidido actualizarlo.
 

¿Qué es y para qué sirve un mapa de valores?

 
Es un resumen de las bases de nuestra vida. 
De tu vida en concreto. 
Allí puedes ver lo que te hace feliz, los sentimientos, actos, pensamientos con los que te conectas con lo mejor de ti, de la vida, del universo entero. 
Es una pastilla concentrada de lo maravillosa que es la vida, tu vida, de lo fantástic@ que eres tú. Habla de tus máximas capacidades, de los retos, de lo que quieres legar cuando no estés aquí, de todo lo que es importante para ti, de todo aquello con lo que te acercas a donde eres cada vez más feliz, más plen@.
En suma, de todo lo que merece la pena.
El simple hecho de pensar qué quieres en tu vida, escribirlo, redactarlo una y otra vez, tachar, añadir, depurar… con esto ya estás conectando.
Así, cuando dudes, cuando no sepas qué hacer, cuando el día a día nos golpea, lo lees y vuelves a conectar con lo que amas. 
 
Os presento el mío, actualizado, como ejemplo. Irónicamente en una artista plástica, había cribado mis valores… por escrito. Aquí va la imagen.

Hacer tu propio mapa de valores:

 
He querido expresar, en primer lugar, mis bases emocionales y éticas: quiero que mis actos estén guiados por amor, sumado a una conciencia de lo que sucede y de cómo estoy, desde la sinceridad. Todo ello, para conseguir y aportar, en lo posible, paz y alegría a este mundo. La rampa es mi medio de conseguir esto y más cosas: acompañar a quienes así lo deseen en el desarrollo de su talento. La sombra fresca del árbol del sentido del humor de un día de primavera-verano define bien el ambiente.
Sobre esas bases, está el amor recíproco de Borja,  mi esposo, y yo. 
Al lado, los niños, niñas y seres especiales, tanto de carne como de alma, a los que amo y junto a los que trabajo y trabajaré durante todos los años de mi vida.
El arte, siempre presente y parte fundamental de esta terraza.
Y continuar aprendiendo, creciendo, atreviéndome.
 
¿Y tú, tienes ya tus valores?
 

Un abrazo. 

Virginia Castanedo

Creatividad, Arteterapia y Educación emocional 
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