Buenos días y bienhallada, bienhallado una vez más:
¿Qué tal ha comenzado el mes de mayo? Por el norte, de momento, hemos ganado sol, tras unas semanas de lluvias intensas.
Bienvenidos/as a los/as nuevos/as seguidores-as: Proyecto Exea y Allpe (atención a las interesantísimas esculturas recicladas y a las intervenciones en la naturaleza de su blog). Y gracias a todas las personas que estáis al otro lado.
Hoy vamos a hablar sobre la evolución personal y vital.
Ésta que caminar hacia la involución (Del lat. involutio. -onis, acción de envolver). f. acción y efecto de involucionar. //2. Detención y retroceso de una evolución biológica, política, cultural, económica, etc.), estancarse o caminar hacia el desarrollo de nuestras potencialidades. Y nos centraremos, precisamente, en la zona de comodidad, en el campamento base de la ilustración.

Hay etapas en las que estamos cómodas con nuestra vida, con las circunstancias, personas, trabajo y demás. Es muy importante, de hecho, celebrar cuando las cosas van bien, cuando recibimos buenas noticias.
Corremos un peligro: quedarnos en el limbo, en la medianía, en el abandono.
Unas circunstancias que, en un momento o etapa vital son las mejores posibles para nuestra vida, puede que se conviertan, pasado el tiempo, en una cómoda cárcel con tercer grado.
Por ejemplo: «Este trabajo no me gusta«, y no busco otro. Las ventajas que me supone mantenerlo son muchas: un sueldo regular, los horarios me permiten otras actividades, es un reto, etc. Hasta que, de repente, un día, alguien de tu empresa se marcha porque ha conseguido un puesto mejor, más acorde con sus intereses y categoría… y vuelves a morderte las uñas. O puede que veas a esa persona a la que hacía mucho que no veías, entregada de lleno a vivir sus sueños, con la cara de felicidad de la gente que se atreve a vivirlos.
Y puede que comiences a plantearte y a buscar. Este es el camino evolutivo voluntario.
Aquel en el que tú vas plantando semillas, cultivando y recolectando. Por eso, llega un día, en el que tus sueños empiezan a cumplirse. No sucede que las cosas son «de repente«, en la inmensa mayoría de los casos hay un trabajo constante detrás.
Personas cómodamente asentadas que hemos decidido seguir buscando, levantarnos del sofá, vencer la pereza, enfrentarnos a las negativas cuando presentamos aquello que amamos, y que nos sirven a su vez para seguir insistiendo y puliendo hasta que damos con la clave, hasta que los caminos se abren.
También hay otro modo de llegar al mismo sitio: un acontecimiento inesperado que hace tambalear nuestros cimientos, y que llega sin avisar: un despido, una enfermedad, un divorcio, el fallecimiento de alguien a quien amamos, la quiebra económica,…
El camino evolutivo obligado, que comienza con una prueba vital dolorosa, que nos sirve de revulsivo, que nos moviliza y nos saca de la zona de comodidad, de aquella que no queríamos abandonar… y que ahora vemos a nuestras espaldas, y sin provisiones ni mochila.
Un abrazo.
Virginia Castanedo
Creatividad, Arteterapia y Educación emocional
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Te escucho en hola@elcaminocreativo.com
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