Buenos días:


La semana pasada he estado dando vueltas al uso actual de internet, la conexión eterna.


Todo empezó en una clase, donde un chico de poco más de veinte años dijo que él no apagaba el móvil ni para dormir, que lo tenía siempre conectado. Me di cuenta de que es lo habitual. 


Paralelamente, estoy empezando a volver a tener internet en el móvil tras unos años, y lo estoy usando con mucha precaución. Me explico: tuve una Blackberry por cuestiones de trabajo, y al principio era genial: el soniquete de que había llegado un correo electrónico, poder leerlo y responderlo… la sensación de eficacia, de que era muy importante aquello que hacía, y por ello necesitaba respuesta inmediata

Poco a poco me di cuenta de que me estaba enganchando, de que miraba la pantalla para ver si me había llegado algo, para ver si las personas que recibían mis mensajes los respondían con la misma celeridad. Y también me percaté de que los ratos para pensar se fragmentaban con cada correo, hasta desaparecer hechos añicos. Los viajes, que antes se llenaban de ideas, ahora eran absorbidos por internet, y me sobresaltaba al llegar a la estación de destino, arrancada del mundo virtual, tan divertido.

¿Qué sucede cuando constantemente estamos siendo interrumpidos? Que necesitamos más estímulos, ya que perdemos la capacidad de concentración. Todo nos aburre, todo se hace largo, necesitamos más, un nuevo chiste, un nuevo juego. Inmediatez en flujo constante.

Perdemos distancia para saber adónde caminamos y profundidad de pensamiento.

¿Cómo podemos evitar esto? Desconectándonos unas horas y sumergiéndonos en la actividad que estemos haciendo. Escuchando el silencio. Viviendo ratos de soledad. De esto, con más detalle, en la siguiente entrada.
Quiero dejar claro que me encanta internet, que ha supuesto un cambio de paradigma social, de información, de era. El conocimiento al alcance de todas las personas, el acercamiento al arte, al saber, a la conciencia. Los blogs y lo que suponen: creatividad, ideas, montones de personas aportando y millones leyendo e intercambiando opiniones.
 
Como en todo, depende del uso que le demos.
 
¿Y tú, cómo utilizas internet? 



Entradas relacionadas:

– Valores personales: para saber adónde te diriges.

El mito de la multitarea
Vivir en lo urgente

Un abrazo:

Virginia Castanedo


Creatividad, Arteterapia y Educación emocional 
Sesiones individuales y grupales
Te escucho en hola@elcaminocreativo.com
679 664 693