Buenos días y bienhallada, bienhallado:
Hoy todos/as opinamos en internet: podemos abrir un blog, escribir en foros, en las redes sociales… podemos expresar lo que queremos y se nos pasa por la cabeza en todo momento y circunstancia, gracias a las conexiones móviles.
Lo que me he empezado a plantear estos días es la importancia que damos a la opinión , empezando por la propia.
Y como sabiamente dice la RAE, opinión es, en su primera acepción, «Dictamen o juicio que se forma de algo cuestionable«.
Muchas veces, dictamos sentencia, en el sentido cuarto ( 4. f. Decisión de cualquier controversia o disputa extrajudicial, que da la persona a quien se ha hecho árbitro de ella para que la juzgue o componga.),cuando en realidad lo que afirmamos, en muchas ocasiones, se corresponde con la primera de la Real Academia: 1. f. Dictamen o parecer que alguien tiene o sigue.
Parecer, no certeza ni realidad. Creo que no tiene la misma validez, por ejemplo respecto a la aplicación de una ley, mi opinión que la de 1 abogad@ con amplia experiencia. Yo puedo pensar, con todo mi derecho, que por sentido común, la legislación dirá tal cosa, pero el-la letrad@ dirá lo que es cierto según la normativa aplicable.
Amb@s, lógicamente, tenemos derecho a expresarla. Pero considero que no tienen el mismo valor. Es mi opinión, por supuesto, y como tal, subjetiva.
La cuestión empieza cuando utilizamos vías de información distorsionadas para informarnos de algo.
Veamos el dibujo que he hecho esta tarde con cariño:
Según a quién preguntemos, y según su visión del mundo y de sus fantasías varias, es posible que:
– Trate de echarnos una mano, porque a todas las personas nos gusta ayudar, otra cosa es que estemos más o menos malead@s por las ciudades, los desengaños, etc.
– Hable sólo de la parte que sí conoce… con lo que, si es tu único interlocutor, pierdas lo que desconoce (y esta parte sí que es inmensa).
– Hable desde lo que entiende por sentido común. (Y en muchas ocasiones el sentido común y por ejemplo, las Instituciones, políticos/as y judicatura se basan en otros criterios).
Ahora, es el momento de preguntarte: ¿qué información tiene esta persona respecto al tema del que la pregunto? ¿Es la más adecuada para responderme? ¿Quién sabe realmente esto?
Y entonces aparece la vía 1: Indagar, preguntar. Pregunta sobre lo que deseas saber, a cuanta más gente mejor. No escatimes en expert@s.
Es verdad que lo que te dicen te puede gustar más o menos, pero si varias especialistas afirman lo mismo, es que es la realidad, es decir, aquello que no cambia aunque queramos.
Lo que dice tu abogado o tu médica no es bueno ni malo, simplemente es, y marca los límites de la realidad, a partir de la cual puedes trazar un plan de acción que te ayude a tomar decisiones basadas en lo que sí es posible. Incluído realizar tus sueños.
Un abrazo:
Virginia Castanedo
Creatividad, Arteterapia y Educación emocional
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Te escucho en hola@elcaminocreativo.com
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