Buenos días y bienhallado, bienhallada:
He aquí las fotografías prometidas: la luz que entraba por las ventanas de mi casa cuando el anochecer ganó, el cielo desde mi casa en ese momento, y las dos acuarelas con las que viví segundo a segundo unos minutos intensos hasta que la luz natural fue insuficiente para pintar.
Estaba yo en plena efervescencia creativa con los pinceles y quería experimentar dos efectos que se me acababan de ocurrir con la acuarela y la sal: el azulado, un cielo tormentoso (otro día pongo la foto de la que me inspirado) y un anochecer rojo de una ciudad. Pensé que con la sal podría lograr el efecto de las luces artificiales… es una prueba, no es el efecto que deseaba.
Me di cuenta entonces de que estaba cayendo la luz, y cuando tengo que usar el color sobre paisajes realistas, sólo trabajo con la natural. ¿Razones? Porque si quiero lograr el matiz exacto de un tono, la luz solar tiene las características necesarias. En muchas ocasiones, cuando he trabajado con fluorescentes, al día siguiente me he avergonzado de haber dado por buenos unos colores que con el nuevo día se han revelado apagados o falsos o encendidos… pero no reales. (Para la ilustración de humor sí trabajo con fluorescentes.)
La luz caía, y yo quería dejar la primera mano de acuarela dada.
La ventaja o inconveniente de esta técnica, según se mire, es la inmediatez: los fundidos y los degradados que desees tienen que ser en húmedo, si no, pierde la magia.
Así que allí estaba yo, extendiendo el agua por toda la lámina, con el cerebro y las manos a cien por hora, enfocando en lo que deseaba lograr. Una duda en la acuarela supone repetir la obra. Vivaldi, mi amado, de fondo. Y, como siempre que me concentro, ese rato hasta que el sol cayó fueron unos minutos intensos, vívidos, maravillosos. Sabía que no disponía de otros, ni de más tiempo. Sólo era aquí y ahora.
Ojalá pudiera vivir con esa intensidad cada momento… lo que Maslow llamó Momento cumbre; CSIKSZENTMIHALYI «Fluir«, Scott Card «la marcha verde«, etc … y la razón por las que tantas personas creamos, inventamos, hacemos deporte… por repetir esa sensación milagrosa, más allá del orgasmo.
Vuelvo a tierra: esta tarde tengo mi sesión semanal de arteterapia con niños y después, creo que iré a una conferencia sobre los fractales… hablamos pronto.
Nos vemos en las cumbres… y en los llanos.
Un abrazo.
Virginia Castanedo
Creatividad, Arteterapia y Educación emocional
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