Buenos días y bienhallada, bienhallado:

Continuamos en nuestro caminar para crecer, en este blog  que espero te sirva para darte pistas, abrir sendas y puertas, crear nuevas posibilidades o, al menos, como remanso para detenerte y reflexionar. Nada más y nada menos, puedes decir, y tienes razón. Claro que uno de mis objetivos vitales es «Acompañar a las personas que así lo deseen en su desarrollo personal, emocional y creativo». Y de esto precisamente quiero hablar hoy en las próximas entradas: de los valores personales.

¿Qué diferencia hay entre esa frase que he puesto en cursiva y el concepto «Hacer un blog de coaching creativo«? En realidad estoy haciendo lo mismo: escribir en el blog. 

Sólo que la primera frase toca mi corazón y me da fuerzas, mientras que, si siguiera  la segunda, más aséptica, probablemente no estaría aquí desde hace más de cuatro años, ya que, en algún momento del camino habría perdido la motivación o habría encontrado cosas que me hubieran interesado más. Pero al convertir el blog (y es aplicable a cualquier otra actividad, al empleo, etc.) en una piedra de toque de aquello con lo que me hago feliz, crecemos juntos.

Tener clarar tus prioridades, las bases de tu vida, los valores importantes para ti, cambian la existencia para mejor.

 
Porque a partir de entonces siempre vas a encontrar una fuente fresca e interna de motivación, donde ir a beber y a lavar tus heridas, un impulso más grande que lo que sea que la vida nos pone por delante. 
 

No tener claras tus bases, tus valores, pueden llevarte a deambular sin rumbo, a una sensación de desasosiego, de que tu vida pasa y te arrastra, como en la parte izquierda del mandala que hice ayer. Si dedicas un rato a saber cuáles son tus prioridades, saldrás a la carretera general.


 

 Empieza poniendo todo aquello con lo que te haces feliz, con lo que disfrutas, lo importante, lo que no cambiarías. Es un boceto previo: evita los juicios, simplemente escribe. Ya harás la selección después de dejarlo reposar una noche.


Recuerda poner valores en los cuatro ámbitos básicos para toda persona:

La mente: 

¿Qué te gustaría aprender? 

Amar 

(las emociones y las relaciones personales, las personas,…)
 

La espiritualidad 

(la trascendencia, aquello que queremos dejar en el mundo), 
 

El cuerpo 

(necesario para poder desenvolvernos y llevar a cabo aquello que deseamos, nuestras necesidades fisiológicas).
 
Una vez que tengas tu lluvia de ideas, continuaremos trabajando sobre ello… en la próxima entrada.
 

Un abrazo. 

Virginia Castanedo

Creatividad, Arteterapia y Educación emocional 
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