La evolución del origami modular con los billetes del metro… creo que en el blog sale desordenado, mis disculpas…

Buenas tardes del remate final de febrero, que aquí ha caído junto con toda la lluvia del mes concentrada en dos días… El invierno se exhibe antes de ceder su espacio a la primavera.


Si me permitís, entramos de lleno en la multitarea, entendida aquí como la capacidad de hacer varias cosas al mismo tiempo. Parece que es un valor en alza: mientras escribo al ordenador, atiendo el teléfono, estoy pendiente de las conversaciones de mis compañeras de trabajo y doy un mordisco a un bocadillo. ¡Rápido!

La aparición de las Nuevas Tecnologías (admito el término aunque algunas  tienen más de cincuenta años) fomenta el hacer varias cosas a la vez: chateo con tres amigas en diferentes conversaciones mientras actualizo mi estado en Facebook y subo unas fotos a mi blog… por poner un ejemplo.

Ahora bien… ¿hasta qué punto el estar en varias cosas implica estar en ellas, o sólo pasar por encima? Corremos el peligro de entrar en una espiral de necesidad constante de estimulación visual, sonora y demás, en la que nada logra captar nuestra atención más de unos minutos. Muchas de las personas con insatisfacción crónica sufren el hecho de que ser polivalente sea considerado una virtud y una suerte, la ansiedad campa a sus anchas.

¿Cómo podemos saber cómo nos sentimos y qué está pasando en nuestro interior si nos procuramos un constante bombardeo para evitar el silencio y la reflexión, con el beneplácito de la sociedad?

Si alguna vez te has preguntado: ¿Qué he hecho hoy? y no te acuerdas… probablemente la ametralladora de los estímulos urgentes que tú misma has cargado te haya herido…

La Gestalt, que toma el concepto contrario a la multitarea del Zen, puede ayudarnos.

Ejemplo personal de mis apuntes.


Voy a comer. Me lo puedo tomar como un «venga, rápido, que así paso a lo siguiente«, y mientras leo una revista para aprovechar el tiempo, o,como hice conscientemente, corto el pan con delicadeza y noto el espesor de la miga. Saboreo la col y me doy cuenta de que tiene más sabor que la anterior vez que la probé. Mstico lentamente y la degusto.

La luz transversal por la ventana de la cocina, hace un día de verano en pleno enero. Huelo las sardinas en la plancha. Un grano de sal gruesa se deshace en miboca, me chupo los dedos marinos.

Granada de postre, sólo por poder ver esos diamamantes vegetales de rubí.

¿Multitatea o aquí y ahora? Mi elección es clara. ¿Y la tuya?

Un abrazo. 

Virginia Castanedo

Creatividad, Arteterapia y Educación emocional 
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