Buenos días:


En la entrada de hoy trataremos sobre las deudas y el dinero, en la primera de una serie sobre el tema económico desde la vertiente espiritual y psicológica.


Tu concepto sobre el dinero, lo que piensas del mismo y que puede determinar vivir en la abundancia o estar en el filo de la navaja, lo puedes revisar en una entrada anterior enfocada a los-as artistas y que sirve en realidad en cualquier ámbito.

Cuando adquirimos una deuda, estamos también adquiriendo un compromiso, como por ejemplo:  «voy a pagarla en un plazo determinado con una cuantía regular». En general se firma un contrato donde se estipula todo esto: la cantidad de dinero, a quién abonarlo y cómo, la fecha de la firma y la futura en la que finalizará el mismo y ambas partes quedarán libres, etc. Y no sólo es un compromiso económico, también moral: has dado tu palabra y quieres cumplirla.  De lo contrario, ¿volverá alguien a fiarse de ti? ¿Volverás tú mismo-a a confiar en lo que dices?

Por eso es importante, antes de pedir dinero por adelantado, preguntarte: 
¿Necesito esto? 
¿Qué consecuencias tendrá para mí dentro de un lustro, de una década, de veinticinco años?
¿Hay alguna manera alternativa de lograrlo?
 Las deudas son como un animal del que aceptas hacerte cargo, alimentar y cuidar. 

¿Qué sucede si, en un momento determinado, no podemos o no queremos hacernos cargo de la deuda? 

Que sigue ahí, como un organismo vivo, porque crece y continúa haciéndolo hasta límites insospechados, hasta que pueden llegar a devorarte. Como ejemplo, los intereses de demora en el pago de las hipotecas, que son claramente de usura y con consecuencias demoledoras.
 
 
Recuerda: si adquieres una deuda, págala antes de que crezca y te devore. Por tu integridad, por ti mismo-a.
 «¿Por qué? ¿Por qué tengo que hacerme cargo de esto, si puedo librarme?» 
 Porque así podrás volver a confiar en tu palabra y en ti mismo-a;
Porque así los-as demás también creerán en ti; 
porque te obligarás a  encontrar recursos internos que no utilizabas porque no te hacían falta hasta ahora; 
porque si la has adquirido es la lección vital que te toca aprender en este momento;
porque tienes mucha más fuerza y capacidad de la que crees;
porque podrás ir por la calle con la cabeza alta y mirando a los ojos, no ocultándote de las personas o entidades a las que adeudas;
porque saldrás renovado-a y creciendo de esta ordalía;
porque eres capaz de salir adelante.
 
 
El próximo día te cuento, si quieres leerme, el proceso interno que tuve que superar cuando adquirí una deuda tan grande (todavía la tengo) por la que estuve a punto de rendirme,  con la que llegué a la bancarrota y gracias a la cual he salido transformada en adulta, y con la que tuve que cambiar mi percepción económica hasta llegar a la paz.
 



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5 pasos para que tu dinero sea solidario


Para lograr tus objetivos, también económicos:
– 7 claves para definir con éxito tus buenos propósitos. 7 pasos para elaborar un plan de acción Alerta: situaciones con las que puedes apartarte de tus objetivos.


-Para definir tus Valores personales:



Próximas entradas: más sobre el dinero, perdonarse a uno-a mismo-a, la deflexión o «no querer enterarse», etc.
 ¿Te animas a escribirme un comentario sobre los temas que te gustaría ver tratados aquí?



Un abrazo:

Virginia Castanedo

Creatividad, Arteterapia y Educación emocional 
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